Kürbisse

por Graciela Bolaños Jacobshagen

Del género cucúrbita: zapallos, ayotes, calabazas, auyamas. Para mí, eran lo que los gringos usan en Halloween para decorar y las abuelas para hacer crema de ayote.

Sin embargo, aquí son la estrella en la cocina apenas llegan los primeros fríos.

Con la caída de las primeras hojas se adueñan de mercados, verdulerías, supermercados y hasta floristerías, asustándonos a todos los que nunca hemos visto un zapallo lleno de verrugas o una calabaza del tamaño de un niño.

Pero vivir en el extranjero es una oportunidad para inyectar nuestro repertorio culinario de nueva vida, de ingredientes locales y, aquí en Berlín, de aprender a comer según la estación.

Así que el miedo tirémoslo por la ventana y llevemos una canasta de calabazas a la cocina.

Para prepararlos podemos pensar en las papas, el confort que producen y todos los usos que sabemos darles.

Fritas, salteadas, hervidas, al horno, en gratinados, sopas y ensaladas. Todo funciona para los Kürbisse también.

Hasta las semillas podemos aprovechar: se quitan fácil con una cuchara y al horno, rostizadas, con un poco de sal y especias al gusto, son deliciosas.

Ver Receta 1: Sopa de Butternusskürbis

Ver Receta 2: Bischofsmütze relleno


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