Inmigración, pareja y autoestima

Texto por Maximiliano Freites Noceti (psicólogo)

Nuestra pareja nos ayuda en todos los trámites iniciales, que no son pocos. Y es aquí donde nos vemos en medio del monstruo burocrático sin las herramientas necesarias para confrontarlo.

Entonces, se establece una relación de dependencia a la ayuda de nuestra pareja. En cada trámite, a cada paso, élla o él nos debe ayudar (Anmeldung, oficina de inmigración, seguro médico, llamados telefónicos importantes y mil ejemplos más).

Es en este punto donde se pueden originar roces o problemas con nuestra pareja, ya que se la sobrecarga con nuestra imposibilidad de autonomía.

 

No eres tú, soy yo

Al recordar la época cuando se conocieron y compararse, uno ya no se percibe igual. En aquel entonces se era más resuelto e independiente, en cambio ahora nos sentimos como niños a los que se tienen que cuidar.

Incluso nuestra pareja puede plantearnos que hemos cambiado. Nuestros recursos tanto materiales como afectivos no son ya los mismos y esto nos frustra, entorpece nuestra fluidez y amabilidad con la cual antaño disponíamos.

Nos empezamos a sentir como una carga, impotentes, inútiles, tristes y deprimidos lo que produce en nosotros síntomas típicos del proceso de inmigración: inhibiciones, melancolía, confusión sobre la identidad, problemas de integración social, dificultad para concentrarse, hasta malestares físicos.

Todo este estado de cosas suele alterar el buen funcionamiento relacional y generar conflictos que emergen por lugares inesperados.

Consejo: buscar amigos alemanes o hispanohablantes (que sepan bien alemán) y que estén dispuestos para ayudarnos con todos o algunos de nuestros trámites. Y así, lograr descomprimir un poco esa carga que uno apoya sobre su pareja alemana.

Incluso existen numerosas instituciones en las cuales se ayuda gratuitamente a realizar cualquier tipo de trámite. Estas son muy prácticas y en muchas hablan español e inglés.

 

Contigo pan y cebolla… y Kartoffeln.

Como se sabe: el amor no es tan fácil. Y lo recientemente desarrollado no es el único factor que genera conflicto en la pareja.

El hecho de ser inmigrante de por sí solo conlleva, intrínsecamente, múltiples dificultades tanto a nivel personal como relacional.

Es importante, para mantener un equilibrio afectivo, no aislarse del entorno, hablar de nuestros sentimientos con otras personas, hacer nuevas amistades, buscar actividades recreativas o laborales, así como también estudiar el idioma, aprehendiendo la cultura alemana en vez de criticarla, buscando nuestra adaptación activamente.

Todas estas tareas brindarán bienestar y confianza para nuestra autoestima.

Sólo nos resta agregar que en períodos de desequilibrio o malestares afectivos persistentes, se debe solicitar ayuda a profesionales de la salud.

 

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